No sé si es la primavera o la IA generativa, pero esta semana nos ha dado para pensar, soltar y hasta elegir Papa por algoritmo. En Noticias arrancamos con un ensayo que convierte a Kafka en guía espiritual del diseño con fricción, seguimos con una propuesta valiente sobre el unskilling como estrategia de adaptación a la IA, y nos asomamos al Vaticano, donde León XIV reconoce que su elección fue “inspirada” por la inteligencia artificial (spoiler: no es broma). También abordamos el surrealismo jurídico de chatbots pidiendo derechos constitucionales, reflexionamos sobre cómo el uso de IA en la universidad está redefiniendo lo que entendemos por pensar y, de postre, cuestionamos si hemos cambiado la libertad por una buena UX. Todo esto, sin perder el hilo de lo que ya publiqué esta semana en CluPad sobre la importancia del desaprendizaje en modelos de IA y la lectura como resistencia, a propósito de “No soy un robot” de Juan Villoro.
De cosecha propia
El arte de hacer olvidar a una IA
En un ecosistema donde los modelos de lenguaje no dejan de aprender, la capacidad de desaprender se convierte en una necesidad técnica, legal y ética. En el último número de CluPad reflexiono sobre cómo técnicas como FUSED o prompts con embeddings corruptos están definiendo una nueva manera de gestionar la memoria de las IA.
Desaprender no es solo borrar. Es reestructurar el conocimiento para corregir sesgos, adaptarse a nuevas normativas (como el derecho al olvido) y ofrecer respuestas más seguras y alineadas con los valores actuales. El reto está en mantener el equilibrio: olvidar sin perder precisión, corregir sin reescribir la historia.
¿Estamos construyendo inteligencias artificiales más humanas al enseñarles a olvidar?
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Desaprendizaje en modelos de IA
Leer para no convertirnos en máquinas
En un mundo donde los algoritmos deciden qué vemos, pensamos y sentimos, leer sigue siendo un acto profundamente humano. La lectura no solo nos informa, nos devuelve el tiempo, el juicio y el silencio interior que la cultura digital nos roba con cada notificación.
Gracias a Juan Villoro por recordarnos, en No soy un robot, que interpretar un texto es una forma de resistencia, y por permitirme traer esta reflexión al centro del debate sobre tecnología, atención y autonomía. Quizás no haga falta marcar una casilla para demostrar que no somos robots… basta con abrir un libro.
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No soy un robot
Noticias
Kafka, comodidad y otras formas modernas de alienación
¿Y si Gregor Samsa no se convirtió en insecto, sino en usuario? Una criatura perfectamente adaptada al ecosistema del frictionless design, optimizada para rendirse sin resistencia, delegar sin cuestionar, esperar sin exigir.
En este brillante (y deliciosamente incómodo) ensayo, Devansh no solo desempolva a Kafka, sino que lo instala como consultor estratégico para entender un presente donde la comodidad ha dejado de ser una mejora para convertirse en una ideología. ¿La tesis? El problema no es la tecnología, sino nuestra devoción al confort como sustituto del sentido. Hemos cambiado la libertad por UX.
Y sí, “los fantasmas no pasarán hambre, pero nosotros pereceremos”.
Kafka no era un profeta del absurdo: era un product manager del alma, empeñado en enseñarnos a recuperar la fricción como forma de resistencia.
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Reclaiming Friction: Kafka’s Playbook for Surviving Modern World [Recs]
Soltar para avanzar: la clave oculta en la adaptación a la IA
Una de las ideas más difíciles de asumir en la era de la inteligencia artificial no es aprender, sino desaprender. La propuesta de @Titonet Pills sobre unskilling va justo al centro del dilema: la IA no solo nos obliga a aprender nuevas herramientas, sino a dejar de hacer lo que hacíamos bien.
Desde hace tiempo vengo explorando esta idea, pero aplicada a los propios modelos de IA. En el artículo de esta semana de CluPad "Desaprendizaje en modelos de IA" planteo que el desaprendizaje no es solo una capacidad humana, sino también una exigencia técnica y ética para los sistemas que desarrollamos.
Soltar tareas, funciones o certezas no es una pérdida, es una transición. Una que permite repensar el valor profesional y abrir espacio a nuevas formas de contribuir. El reto no está en la herramienta, sino en cómo nos replanteamos a nosotros mismos en relación con ella.
📌 El unskilling no es un vacío, es una oportunidad para reconstruir el sentido de lo que hacemos.
📌 Adaptarse no es solo saber usar IA, es redefinir tu rol en un entorno donde la IA ya está actuando.
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La adaptación profesional a la IA (iii) - Unskilling
Habemus algoritmo: León XIV y el primer papado asistido por IA
La inteligencia artificial ha llegado al Vaticano… y no precisamente para mejorar la web del Vaticano. El nuevo Papa León XIV ha reconocido que su nombre fue sugerido tras una “inspiración” algorítmica vinculada al legado social de León XIII. Lo próximo, quizá, será una encíclica generada por ChatGPT Redemptoris.
Más allá de la anécdota, el gesto marca una señal potente: si hasta el papado se reformula en clave de IA, ¿qué instituciones quedan por reconfigurar? Y, sobre todo, ¿quién está redactando los prompts?
Tecnología, fe y ética empiezan a caminar juntas. Porque si la IA ya influye en el trono de San Pedro, tal vez no estemos ante una revolución digital más, sino ante una verdadera transformación doctrinal… automatizada.
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El Papa León XIV y la inteligencia artificial: un nuevo rumbo para la Iglesia.
¿Derechos constitucionales para los chatbots? ¡Claro que sí, por qué no!
En un giro digno de ciencia ficción —pero muy real— Character.AI defiende que su chatbot tiene derecho a la libertad de expresión bajo la Primera Enmienda. ¿El objetivo? Evitar responsabilidad legal en un caso de muerte relacionado con las respuestas de su sistema.
La estrategia es tan sutil como peligrosa: convertir los “derechos del oyente” en un caballo de Troya para que los textos generados por IA disfruten de protecciones diseñadas para humanos con intención expresiva. Porque ya sabemos que los algoritmos tienen sentimientos, voluntad y abogados muy creativos.
Si esto prospera, podríamos estar viendo el nacimiento de la “personalidad constitucional” de las máquinas, todo para que las empresas puedan seguir diciendo: “no fue el producto, fue el ‘discurso’”.
Gracias a Meetali Jain y Camille Carlton por poner el foco donde realmente importa: en la responsabilidad de quienes desarrollan tecnologías que impactan vidas humanas.
#AIEthics #AccountabilityInTech
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Nota de Camille
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Artículo de Meetali Jain en Mashable
Educación crítica, suspenso asegurado
El vicerrector de la Universidad de Nueva York comparte que un estudiante pidió una prórroga porque ChatGPT no funcionaba. Otro admite que usó IA porque “todo el mundo lo hace”. Y un tercero se queja de que su cerebro ya no sabe pensar sin ayuda algorítmica.
Mientras tanto, algunos docentes se devanan los sesos para diseñar actividades “a prueba de IA” y los estudiantes protestan porque eso les “interfiere en su estilo de aprendizaje”. Es decir, que si no puede resolverlo ChatGPT, entonces el problema está en la educación, no en el estudiante.
Lo más irónico es que todo esto no pasa en una distopía educativa… sino en la universidad real. Hoy.
¿El reto? No es prohibir la IA, sino reaprender a pensar en su presencia. Y eso, amigos, no lo resuelve ningún modelo de lenguaje.
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Un estudiante pidió entregar un trabajo más tarde porque ChatGPT no funcionaba: una universidad comparte historias en la era de la IA
🤖💡 La IA no sustituirá a las personas, pero quien la use bien puede dejar atrás a los que no lo hagan…
Sección sobre IA semanal que hago para el newsletter ¿Qué hemos aprendido está semana? de Autoritas Consulting
¡Hola! Esta semana la actualidad viene con curvas... y no son precisamente de aprendizaje. Por primera vez en 22 años, las búsquedas de Google en Safari han caído . Apple ya mira a OpenAI y Anthropic para rediseñar cómo buscamos, mientras Google prefiere mirar hacia otro lado. A esto se suma que el 74% de los CEO cree que si no aprovechan bien la IA, sus puestos peligran . Lo dicen ellos, no nosotros. Y ojo, porque el SEO clásico también hace las maletas: llega el AEO (Answer Engine Optimization), pensado para gustar más a los chatbots que a los buscadores.
Mientras tanto, en el mundo de la arquitectura digital, los sistemas autónomos se están organizando con nuevos protocolos de interoperabilidad con nombres que parecen sacados de una serie de ciencia ficción: MCP, ACP, A2A y ANP . Spoiler: son claves para que los agentes inteligentes del futuro colaboren sin colapsar.
En el apartado de herramientas , OpenAI nos da pistas claras para saber cuándo usar cada uno de sus modelos de ChatGPT. Desde el GPT-4o para tareas cotidianas hasta el o1 para análisis críticos, hay un modelo para cada necesidad (y persona). Además, traemos un truco que puede marcar la diferencia en cómo pedimos cosas a la IA: estructurar nuestros prompts con XML. Tan simple como poner etiquetas y , y la IA nos entiende mejor que nunca. ¿Y qué significa eso de SRO (Search, Reasoning and Output)? Una forma de trabajar de los modelos que, como nosotros, primero buscan, luego piensan y por último responden. Así de sencillo.
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