Superagencia de Reid Hoffman y Greg Beato
Por qué el futuro no está escrito (y nosotros tenemos la pluma)
Hay días en los que abres un libro esperando encontrar respuestas y, en su lugar, te topas con las preguntas correctas. Superagency: What Could Possibly Go Right with our AI Future de Reid Hoffman y Greg Beato es uno de esos libros que llegan en el momento justo, cuando el debate sobre inteligencia artificial parece haberse enquistado entre dos extremos igual de estériles: los que ven robots exterminadores en cada algoritmo y los que prometen un paraíso tecnológico sin matices.
Como alguien que lleva años navegando entre estas aguas, tengo que confesar que me cansé hace tiempo de las conversaciones apocalípticas sobre IA. No porque no haya riesgos reales, que los hay, sino porque el miedo paralizante no construye nada útil. "Fear is not a strategy. Action is", nos recuerda Hoffman, y es precisamente esa frase la que me enganchó desde las primeras páginas.
El futuro como campo de batalla (intelectual)
El concepto central del libro, la "superagencia", no es solo una idea bonita para charlas TED. Es una propuesta política en el sentido más profundo de la palabra: la capacidad aumentada del ser humano para transformar el mundo mediante alianzas inteligentes con la IA. No se trata de ser reemplazados por máquinas, sino de convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos con su ayuda.
Hoffman y Beato plantean algo que suena obvio, pero que rara vez escuchamos: "Artificial intelligence is not our overlord; it's our amplifier". La metáfora es perfecta. Un amplificador no toca la música por ti, pero puede hacer que tu guitarra suene en el estadio completo. La clave está en qué canciones eliges tocar y cómo las tocas.
Lo que más me gusta de este enfoque es que rechaza por igual el fatalismo tecnológico y el optimismo ciego. Los autores se posicionan como "Bloomers" —optimistas tecnológicos informados— frente a los "Doomers" que solo ven catástrofe en el horizonte. Pero no es un optimismo naíf; es un optimismo que trabaja, que se ensucia las manos, que entiende que "Progress doesn't happen because we wait—it happens because we work".
La sabiduría del despliegue iterativo
Una de las ideas más poderosas del libro es el concepto de "iterative deployment" o despliegue iterativo. En lugar de esperar a tener sistemas perfectos o de implementar la IA de golpe y esperando lo mejor, los autores proponen algo mucho más sensato: probar, aprender, ajustar, repetir. "Iterative deployment allows us to learn while doing, to improve while building".
Esta aproximación me recuerda a cuando estoy probando la salsa mientras la preparo, ese poquito de sal, el toque de limón, un poco más de pimienta. Así es como se perfecciona una receta, y así es como deberíamos estar implementando la IA en nuestras sociedades: con degustaciones frecuentes y ajustes constantes.
El libro está lleno de ejemplos prácticos de esta filosofía en acción: diagnósticos médicos donde la IA sugiere, pero el médico decide, sistemas educativos que se adaptan al ritmo de cada estudiante, políticas públicas que se refinan con datos en tiempo real. No son casos futuristas de ciencia ficción, sino aplicaciones que ya están funcionando en el mundo real.
Más allá de la resistencia institucional
Uno de los puntos más afilados del libro es su crítica al "tecno-lentismo" —esa resistencia institucional a adoptar nuevas tecnologías por miedo al cambio. "We need to build institutions that evolve with technology, not institutions that resist it", argumentan los autores, y es una observación que duele por lo acertado.
Cuántas veces hemos visto organizaciones, gobiernos, universidades que se aferran a procedimientos obsoletos mientras el mundo cambia a su alrededor. Es como si fueran capitanes de barcos de vela negándose a usar GPS porque "siempre hemos navegado por las estrellas". El problema no es honrar la tradición, sino convertir el pasado en una prisión del presente.
Los autores proponen algo radicalmente diferente: instituciones que coevolucionan con la tecnología, que la abrazan sin perder su esencia humana. Hablan de una "agencia compartida" entre humanos e IA que no diluye la responsabilidad humana, sino que la amplifica y la hace más efectiva.
La ética de la posibilidad
Pero quizás lo que más se me ha quedado del libro es su propuesta de una "ética de la posibilidad" frente a la "ética del miedo" que domina muchas discusiones actuales sobre IA. "The real danger isn't AI. It's a lack of vision and courage", escriben, y es una frase que debería estar pegada en la pared de cada despacho donde se toman decisiones sobre tecnología.
Esta ética de la posibilidad no es ingenua. Los autores no ignoran los riesgos, pero los enmarcan dentro de un proyecto constructivo más amplio. Es la diferencia entre un arquitecto que se obsesiona con todos los terremotos que podrían tirar su edificio versus uno que diseña estructuras antisísmicas sin dejar de construir.
Los cuatro pilares de la responsabilidad
El libro estructura su propuesta alrededor de cuatro principios que me parecen especialmente sólidos: acción, apertura, pluralismo y responsabilidad. No son conceptos abstractos, sino herramientas prácticas para navegar el despliegue de la IA.
La acción frente a la inacción, la apertura frente al secretismo, la diversidad frente a la imposición de una sola visión tecnológica, y la responsabilidad frente al “cada uno por su cuenta” del descontrol digital. Son principios que pueden guiar tanto a quien diseña software como a quien lidera una escuela, un ministerio o una startup.
Superagencia como virtud cívica
Creo que la propuesta final del libro es necesaria: "Superagency should become a civic virtue". Los autores imaginan una ciudadanía empoderada tecnológicamente, capaz de usar la IA no solo para optimizar sus rutinas personales, sino para contribuir a soluciones colectivas de problemas complejos. Ese empoderamiento que siempre hemos soñado alcanzar con la tecnología, pues eso mismo, pero con la IA.
No se trata de dejar todo en manos de una élite de tecnólogos de Silicon Valley, sino de distribuir la capacidad de acción aumentada por la IA entre todos los ciudadanos. "We are not just users of AI. We are shapers of its destiny".
Hacia un futuro que construimos juntos
Superagency no es un libro perfecto, pero prefiero los libros imperfectos a los que pretenden tener todas las respuestas. Lo que sí es, es un libro necesario, un antídoto contra el pesimismo paralizante y el optimismo ciego que dominan el debate actual sobre IA.
Hoffman y Beato nos recuerdan algo fundamental: el futuro no es algo que nos pasa, sino algo que hacemos. La IA no es un meteorito que viene hacia nosotros, sino una herramienta que podemos usar para escribir mejores capítulos en la historia humana.
¿Es fácil? No. ¿Es posible? Absolutamente. ¿Vale la pena intentarlo? Esa es la pregunta que cada uno debe responder por sí mismo, pero después de que haya pasado este libro por mis manos, tengo claro que mi respuesta es sí.
Porque al final, como nos recuerdan los autores, somos coautores del futuro de la IA. Y francamente, prefiero ser un coautor activo que un espectador pasivo de lo que venga.