Europa se reconfigura en clave IA
Agentes inteligentes y una infraestructura que promete cambiar las reglas del juego
Es 22 de junio de 2025 y lo que parecía un lento avance hacia la soberanía digital en Europa ha cobrado velocidad. La visita de Jensen Huang, CEO de Nvidia, ha sido algo más que un gesto diplomático, su paso por el Barcelona Supercomputing Center y su reunión con Emmanuel Macron simbolizan una reconfiguración de fuerzas en la carrera global por la inteligencia artificial. Huang no solo evitó referirse a EE. UU., Trump o Silicon Valley, sino que remarcó que la IA debe ser una industria europea. Y Europa parece estar de acuerdo. En paralelo, Mistral AI ha presentado Compute, su nueva infraestructura privada de IA que incluye GPUs, orquestación y APIs, con el objetivo de poner la “Frontier AI” al alcance de estados, empresas e instituciones. Todo apunta a un cambio de escenario, Europa ya no quiere ser consumidor, sino productor.
Este giro también se refleja en la respuesta de gigantes como Microsoft, que anunció su suite de "soluciones soberanas" para organizaciones europeas, marcando una ruptura con la lógica cloud basada únicamente en eficiencia. Se empieza a hablar de soberanía en sentido estricto: control del software, de los modelos, de los datos y de las infraestructuras de inferencia. En palabras de
, esto no va de marketing, sino de quién define las reglas del juego en el nuevo ecosistema digital europeo.Las empresas también están ajustando el paso. Según Andreessen Horowitz, el gasto en IA ha crecido un 75 % y ha pasado de programas piloto a partidas presupuestarias permanentes. Las organizaciones ya no solo prueban modelos. Compran, despliegan y cuantifican resultados. Se ha consolidado un ecosistema multi-modelo, donde ya no importa tanto el proveedor sino el rendimiento, el coste y la especialización. En este contexto, los agentes de IA se perfilan como la gran palanca para pasar de la promesa a la productividad.
McKinsey lo plantea en términos duros: el 80 % de las empresas usa IA generativa, pero ese mismo 80 % no ve resultados claros. La solución, argumentan en "Seizing the Agentic AI Advantage", pasa por agentes de IA que no solo respondan, sino que actúen de forma autónoma sobre procesos empresariales complejos. La transformación, para ser real, exige rediseñar flujos de trabajo con los agentes como eje central, establecer una nueva gobernanza de IA y capacitar a las personas para trabajar junto a estos sistemas.
Esta visión se aterriza en guías prácticas como la de Max Berry, que explica cómo crear agentes usando n8n en seis pasos. Allí se detallan desde los tipos de nodos hasta la diferencia entre flujos de trabajo automatizados y flujos “agentivos”, donde el sistema no solo automatiza sino que también decide. Para quienes ya trabajan con n8n o Gemini, existe también un playbook abierto en GitHub gracias a
con tutoriales prácticos y ejemplos para escalar agentes desde prototipo hasta producción real, incluyendo despliegue en contenedores, orquestación y seguridad.Incluso equipos pequeños pueden beneficiarse de estos avances. En su webinar para Google Cloud, Ambika Sharma muestra cómo los agentes integrados con Gemini 2.0 permiten automatizar atención al cliente, análisis de datos y generación creativa, con una infraestructura lista para escalar. El mensaje es claro: no se trata de hacer más con más, sino de hacer más con menos, y hacerlo bien.
Mientras tanto, OpenAI y Meta juegan otra partida. OpenAI ha reducido un 80 % el coste de su modelo o3 y ha lanzado o3-Pro, impulsando su adopción en universidades y gobiernos.
En paralelo,
nos explica que Meta intenta contraatacar con salarios de hasta 100 millones de dólares para captar a ingenieros de OpenAI. Pero estos rechazos masivos parecen dejar claro que el talento valora algo más que el dinero: dirección, visión y propósito.En el frente de herramientas, destaca el lanzamiento de DIA por parte de The Browser Company. Un navegador AI-first, heredero de ARC, que promete integrar chat, búsqueda y generación de contenidos en un solo espacio de trabajo. Junto a él, Adobe Firefly aterriza en móviles, permitiendo generar imágenes y vídeos de estudio desde el teléfono. La IA creativa ya no es cosa de escritorio: es móvil, personal y continua.
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Como cierre, conviene recordar que buena parte de esta flexibilidad se basa en técnicas como LoRA y su evolución Text-to-LoRA, que permiten adaptar modelos a tareas específicas con una eficiencia notable. Esto es crucial para empresas con recursos limitados o necesidades muy concretas. LoRA no reentrena, ajusta con precisión. Y eso —eficiencia sin renunciar a la personalización— está en el corazón de esta nueva etapa. La agencia ya no es una metáfora. La IA no solo responde, también decide. Pero la decisión última sigue siendo nuestra.
Por último, «CluPad for Business» toma como base la sección sobre IA semanal que hago para el newsletter ¿Qué hemos aprendido está semana? de Autoritas Consulting