Llega el fin de semana y es necesario recargar pilas, levantar la vista de la pantalla y disfrutar de la familia, del tiempo libre, del ejercicio, de leer un rato, meditar, o porque no de quedar (con cuidado por favor) y socializar un poco.
Yo intento (sí, intento) desde hace tiempo desconectar cuando puedo, no solo los fines de semana. Y es complicado, aunque hay algunas estrategias que me dan buenos resultados. Os comparto alguna de ellas:
Eliminar todas las notificaciones del móvil y dejar solo las realmente importantes. Fuera “soniditos” de apps que lo único que quieren es llamarte la atención, de vibraciones para que vuelvas a mirar la pantalla. En mi caso solo me suenan dos cosas, solo tengo dos notificaciones activadas. Los SMS, decirme “viejuno”, pero creo por ahí aún llegan cosas importantes como notificaciones del sistema de salud. Y las el otro son los WhatsApp de mi familia. El resto, lo siento, pero si es suficientemente importante y corre prisa hacer una llamada, que no pasa nada por hablar de vez en cuando, sino cuando lo lea ya irá el mensaje de vuelta. Que la comunicación asincrónica no está todo lo valorada que debería.
Activar en Android, dentro de “Bienestar Digital” el “modo descanso” para unas horas determinadas, en mi caso lo tengo activado desde las 22:00 a las 6:00. En este período tengo activado el “no molestar” y la “escala de grises”, es decir, se pone la pantalla en blanco y negro. Sobre todo esto último funciona. Abrir el móvil y verlo sin color es toda una barrera para consultar cualquier app que requiera un poco de color como Instagram, Twitter, Facebook, TikTok o lo que sea. Probarlo y me contáis.
Repasar, en Android, la app Bienestar Digital y ser conscientes del tiempo que pasáis delante de la pantalla y en qué lo gastáis. Y no olvidéis fijaros en el número de veces que desbloqueáis el móvil al cabo del día. Yo tengo una media de 40 veces aproximadamente. Solo si eres consciente, podrás ponerle remedio.
Obligaros e imponeros unos horarios para estar delante del ordenador y cuando llegue la hora, cerrarlo. He trabajado muchos años en remoto y al principio era un no parar. Si no encuentras nunca el momento, el problema es que si no te obligas, dejas de hacer otras cosas importantes.
Tener en mente, para vuestros momentos de desconexión, qué queréis hacer. Pasar un rato con la familia. Leer un libro, un cómic. Escuchar un podcast. Ver una serie o una peli. Salir a hacer ejercicio… En fin, opciones no faltan. No será porque no se puede escoger. Escoge la tuya y no dejes pasar la oportunidad de levantar la vista de la pantalla y disfrutar de lo que te rodea.