En redes se utiliza la IP 127.0.0.1 para representar lo que se llama localhost, es decir, aquello que se ejecuta en local, en tu propio ordenador o red y que no necesita salir fuera de tu ordenador o de tu red local. Esta IP, la 127.0.0.1 es una IPV4, siendo su traducción a IPV6 ::1.
Hecha esta definición un poco a mi manera para hacerla lo más entendible posible, de la que estoy seguro más de un experto en redes se estará estirando de los pelos, quería empezar por compartir con vosotros la expresión “There’s no place like ::1” que traducida sería “Como en casa en ninguna parte”.
Hoy quería hablaros del teletrabajo, del hecho de poder hacerlo desde casa, es decir desde ::1. Yo durante unos años estuve haciendo teletrabajo, aunque por aquel entonces nos gustaba más utilizar el término “trabajador nómada”, ya que podíamos trabajar desde cualquier sitio que tuviera una conexión a internet.
Posteriormente volví a integrarme en un equipo localizado en una oficina. Y fue un cambio realmente positivo. El contacto humano, el romper el espacio y diferenciar lo personal de lo profesional, el salir cada mañana y tomar contacto con el pulso de la ciudad son elementos importantes. Lo único negativo es que al poco tiempo me trasladé a vivir a unos 60 km de Barcelona y los tiempos de transporte eran realmente altos.
Y con la pandemia volvió el teletrabajo, y yo que desde hacía casi cuatro años tenía que hacer casi tres horas y media diarias de transporte para llegar a la oficina, se me volvió a abrir el cielo. Pude volver a hacer deporte por las mañanas, tener más conciliación familiar, eliminar el estrés del trayecto - si no era por los retrasos constantes en la R3, era por el tráfico de entrada a Barcelona - y en definitiva mejorar mi calidad de vida.
Ahora, he dado un salto en lo profesional y desde una posición Freelance - ya sabes, si crees que podemos colaborar o que puedo ayudarte en algún proyecto, contact me 😉 - uno de los elementos que más valoro es poder desarrollar mi actividad profesional desde casa.
Como veis el tema del teletrabajo es un tema que me toca bastante de cerca y que me interesa ver como se acabará implementando, o no, en un mundo pospandemia.
Las empresas y organizaciones ante el teletrabajo
Soy consciente que no todos los tipos de trabajo tienen la posibilidad de poder realizarse en remoto y que también dependiendo del tipo de organización los costes de poder habilitarlo no son los mismos.
Algunas empresas lo tienen claro y quieren volver a un modelo de trabajo centrado en la oficina, aunque durante meses hayan trabajado en remoto. Es el caso de Salesforce que de cara a fin de año pretende abrir de nuevo todas sus sedes. Argumenta que va a rediseñar espacios y protocolos, pero descarta totalmente el trabajo en remoto. Aunque entre las Big Tech vemos que hay todo tipo de decisiones sobre la vuelta a las oficinas.
En España tecnológicas como Telefónica, HP, Orange… tienen en cuenta modelos híbridos de trabajo presencial y en remoto para sus planes de reapertura de sus respectivas oficinas. Incluso algunas empiezan a empezar a contar con una nueva figura el Head Of Remote para coordinar el teletrabajo.
Otras organizaciones, como la AGE (Administración General del Estado) y otras AAPP están empezando a modular el teletrabajo de los trabajadores públicos. En España se acaba de decidir que podrán teletrabajar tres días a la semana.
Mientras, otras empresas de un tamaño más reducido tienen en cuenta el deseo de muchos trabajadores de seguir trabajando desde casa después de la pandemia. Estas empresas se están planteando ofrecer ventajas con el trabajo a distancia e incentivos de bienestar como extras por trabajar desde casa o incluso para vacaciones con el objetivo de atraer talento.
No todo es bonito en el teletrabajo
Es cierto que el teletrabajo no es la solución para todos los casos y todas las situaciones. Se tiene que tener en cuenta a las personas que deberán realizar ese posible teletrabajo. En muchas ocasiones puede que no dispongan del espacio necesario en sus hogares para poder realizarlo en condiciones, puede que su empresa u organización no le facilite las herramientas adecuadas como el equipo informático, el mobiliario adecuado o los gastos extra que supone estar en casa todo el día (más calefacción en invierno, refrigeración en verano, luz en invierno…).
Hay propuestas interesantes, como las que hace Publilitica para que el teletrabajo funcione en las AAPP, y que parte de sus propuestas podrían tener traslación a la empresa privada.
Errores al implantar el teletrabajo
El uso de WhatsApp como herramienta de comunicación corporativa puede no ser la mejor opción, ya que obliga en muchas ocasiones a tener que mezclar conversaciones personales con profesionales sin la posibilidad de poder desconectar digitalmente. Hay otras opciones como Slack, Skype… que permiten también mensajería profesional sin necesidad de mezclar vida personal y profesional.
Otros errores que se han detectado durante estos meses ha sido que muchas empresas u organizaciones no estaban preparadas para acometer dicha situación. No disponer de un sistema de archivos en la nube seguro, copias de seguridad (recordar el caso del SEPE), el acceso de los empleados fuera de la red corporativa y la misma ciberseguridad serían los principales puntos débiles que ha tenido que afrontar.
Respecto de la ciberseguridad, hay que tener en cuenta que los trabajadores están fuera de la red corporativa y en muchas ocasiones con equipos personales, lo que implica que las posibilidades de tener algún problema de seguridad aumenta exponencialmente. Ante esta situación los presupuestos de algunas empresas se ha disparado.
Y creo que el más importante, es poner como base del teletrabajo la desconfianza e ir a la caza del teletrabajador. Esto ocurre cuando el trabajo se mide en tiempo pasado delante de la pantalla y no por trabajo realizado u objetivos conseguidos. Pero ocurre que muchas organizaciones y empresas solo se fijan en cuanto tiempo tienes el culo pegado a la silla para decidir si has trabajado o no.
El teletrabajo ha llegado para quedarse
El teletrabajo está en los objetivos de digitalización y transición ecológica de la UE, y la tendencia irá en esa dirección por más resistencia al cambio que muchos quieran mostrar.
Es cierto que según el CIS publicado en marzo de este año, los españoles aprueban el teletrabajo, aunque creen que es más beneficioso para las empresas que para el trabajador. Pero en general también perciben que tiene beneficios personales y sociales importantes, por lo que la gran mayoría aceptaría seguir en la modalidad de teletrabajo tal como refleja la 23ª encuesta de Usuarios de Internet, Navegantes en Red, el 83% de los entrevistados afirma que, si pudiera escoger, escogería teletrabajar al menos la mitad del tiempo.
Incluso Fisher-Price ha lanzado “my home Office” un juguete para que los niños y niñas se vayan acostumbrando a lo que viene.
Consecuencias del teletrabajo
El éxodo de las ciudades al campo o dicho en otras palabras el traslado de muchos trabajadores a ciudades más pequeñas es una realidad que incluso está provocando que muchas empresas estén cambiando de localización. El caso es que aquí se abren nuevas e interesantes oportunidades a ciudades de tamaño medio - pequeño para atraer a todo tipo de trabajadores ofreciendo un entorno natural y por supuesto una buena infraestructura de comunicaciones para que puedan realizar su teletrabajo sin problemas.
Ante esta situación, la reinvención de los parques tecnológicos es un hecho que se debe tener en cuenta. Ya no son solo meros gestores de espacios que proporcionan proximidad a diferentes empresas, ahora deben diversificar su estrategia y su actividad.
Pero sobre todo, pienso que ofrece la oportunidad a las grandes ciudades de humanizarse y racionalizase, de pensar en sí mismas como un espacio donde el trabajo y el hogar pueden no tener que estar diferenciados, donde el transporte intenso deje de ser una realidad y donde los espacios antes pensados para los coches, se piense para las personas.
Finalmente
Como veis el tema del teletrabajo puede ser un elemento de innovación en las organizaciones, un argumento de rechazo o incluso la tabla de salvación para muchos.
Lo que sí que se ha conseguido es que el rechazo en plano que había hacia esta modalidad de trabajo se haya reducido drásticamente. Tenemos que aprovechar esta oportunidad para cambiar, no solo, nuestro entorno laboral, sino también en lo posible el entorno social y urbano que nos rodea.